Pisando con cuidado, Nina dio el primer paso que la llevó dentro de la galería. El aire frío envolvió su cuerpo llegando hasta sus huesos y el húmedo vapor que salía de las infinitas puertas no le dejaba ver con claridad. Sentía el sonido de un río cercano que posiblemente se escondía detrás de la puerta número 1. Tomando su canto como referencia, caminó medio a ciegas, tanteando con los dedos de los pies el piso mosaicado del pasillo y con las manos las curvas paredes, tocando de vez en cuando alguno de los miles de cuadros que estaban allí colgados. Despúes de avanzar lentamente por algunos minutos, sintió exactamente donde le habían dicho un pequeño agujero de no mas de 5cm de diametro donde introdujo un papel garabateado que extrajo de su bolsillo.
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