Amor dónde floreces cuando cae el sol¿?

Felipe siguió su trance en la plaza como un narcótico gramo de azúcar que endulza un corazón. Pero pasado ya el ocaso precipitosé el almíbar sobre su canal dio señales que iba hacia algún lado.
Los jardines habían sidos colmados por su ternura y observación casi científica. El colectivo había sido presa de su magia y la de su amiga.
-Si sólo supiese dónde anda mi yustina, mi Nina-vociferó a la paloma gavilán. ¡Quiero despedazar mis memorias en este mismo momento, quiero encontrarme con ella! dijo luego con un tono maniático. Pero su ansía calmo como el mar al deslizarse suavemente por la arena y en la bajada de sol llevarse esos aros de arena. Así quería Pipe olvidarse de su gordura mental y llenarla de flores con el aroma de los labios de Nina. Pétalo por pétalo asfixiandosé en un estanque de semejantes nenufranes o narcisos envueltos.
Había hallado una razón por la cual vivir y había encontrado una mujer con una pasión tan grande que le hizo largar una lágrima.
El pobre muchacho esperó al semáforo que se metamorfosiara al color del pasto en pleno auge de verano. El semáforo no tardó...

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